La Universidad que necesitamos para enfrentar con éxito los desafíos
del Siglo XXI. Requerimos:
Una Universidad que haga realidad la
definición de Jaspers de ser “el lugar donde la sociedad permite el
florecimiento de la más clara conciencia de la época”, organizándose, como
propone Habermas, como una auténtica “comunidad crítica de estudiantes y profesores”.
Una Universidad que mantenga estrechas
relaciones de coordinación con el Estado, la sociedad civil organizada y el
sector productivo y empresarial; que forme parte de un Proyecto Nacional de
Desarrollo Endógeno, Humano y Sostenible y, contribuya, mediante su visión
prospectiva, a configurar los proyectos futuros de sociedad.
Una institución que forje, de manera
integral, personas y ciudadanos conscientes y responsables; profesionales,
especialistas, investigadores, artistas y técnicos formados
interdisciplinariamente, dotados de una cultura humanística y científica;
capaces de seguirse formando por sí mismos durante toda su vida; de adaptar sus
conocimientos a los rápidos cambios que se producen en su campo profesional,
laboral y científico; de localizar la información pertinente, evaluarla
críticamente, juzgarla y tomar las decisiones adecuadas.
Una Universidad que ponga el acento en
el aprendizaje de sus estudiantes y convierta a sus docentes en facilitadores
de ese aprendizaje
Una Universidad donde sea posible el
cultivo desinteresado del conocimiento pero que también se preocupe por la
investigación aplicada a la solución de los problemas más apremiantes de su
sociedad
Un centro donde se contribuya a
conservar, defender, acrecentar y difundir los valores culturales propios, se
fortalezca la identidad nacional, y se promuevan la interculturalidad, la
“cultura de paz” y la “cultura ecológica”.
Una Universidad globalmente competitiva,
donde docencia, investigación, extensión, vinculación y servicios, se integren
en un solo gran quehacer educativo, enriqueciéndose mutuamente, y se apliquen a
la búsqueda de soluciones para los problemas locales, regionales, nacionales y
mundiales.
Una Universidad que promueva la
integración regional pero que, a la vez, incorpore en su enseñanza una visión
holística del mundo, auspicie la comprensión entre las naciones y asuma,
resueltamente, la dimensión internacional que hoy día tienen el conocimiento,
la información y la propia educación superior.
Una Universidad que asuma críticamente
el fenómeno de la globalización del conocimiento, se integre a las grandes
redes académicas y científicas, y participe activamente en el mundo universitario
regional e internacional.
Una Universidad comprometida con las
culturas de calidad y pertinencia, que acepte la evaluación por sus pares;
practique la autoevaluación sistemática de todas sus actividades y gestione la
acreditación de sus programas y carreras por agencias oficialmente reconocidas.
Consciente de su responsabilidad social y sin menoscabo de su autonomía,
reconozca que está sujeta a la evaluación crítica de la sociedad por la
eficiencia y eficacia de su desempeño.
Una Universidad que sepa emplear todos
los recursos de la moderna tecnología educativa, sin permitir que la máquina
reemplace al profesor, salvo aquel, que según Skinner, merezca ser reemplazado
por ella.
Una Universidad que diversifique su
población estudiantil y su oferta de carreras y especialidades e incorpore
carreras cortas de nivel superior, prestigiadas por su identidad académica y
por su posibilidad de permitir salidas laterales al mundo del trabajo y el paso
a carreras de larga duración; introduzca institucionalmente la educación a
distancia y virtual, y ofrezca oportunidades de formación a personas de todas
las edades, aspirando a ofrecer una educación superior para todos y todas y
durante toda la vida.
Una Universidad inserta en la totalidad
del sistema educativo, del cual debe ser “cabeza” y no simple “corona”,
preocupada por los niveles que le preceden, a los cuales debe aportar no solo
personal docente calificado, sino también propuestas para su mejoramiento
cualitativo y didáctico.
Una Universidad edificada sobre la base
de estructuras académicas y administrativas flexibles, que ofrezca currículos
también flexibles, que comprendan ciclos de competencias generales, básicas,
profesionales, terminales y libres, acompañadas de las destrezas y habilidades
requeridas para cada profesión o especialidad y que propicie la reintegración
del conocimiento y el trabajo interdisciplinario y transdisciplinario.
En fin, una Universidad donde las ciencias,
las humanidades y las artes encuentren un alero propicio; la innovación, la
imaginación y la creatividad su morada natural, y “la barca del sueño que en el
espacio boga” un lugar seguro donde atracar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario