Apuntamos antes que los extraordinarios adelantos de las tecnologías de la comunicación y la información tienen un gran impacto en la educación superior contemporánea. Las comunidades académicas se intercomunican instantáneamente a través de las redes cibernéticas. La UNESCO presentó en el año 2005 un informe mundial titulado “Hacia las Sociedades del Conocimiento”, en el que se muestra un panorama prospectivo de los cambios que estamos presenciando a nivel global. En este informe se dice que: “la tercera revolución industrial ha ido acompañada de un cambio de régimen de los conocimientos. A este respecto, cabe señalar el advenimiento de un doble paradigma: el de lo inmaterial y el de las redes”. La Universidad del futuro necesariamente tiene que integrarse a las redes académicas y de cooperación, y participar activamente en el mundo universitario internacional y regional. La integración de todas estas redes de investigadores y académicos en una “red de redes”, conducirá a crear, paulatinamente, una verdadera comunidad universitaria mundial. El Comunicado Final de la Conferencia Mundial sobre Educación Superior 2009, destacó la enorme importancia de las redes académicas en el ámbito de la educación superior y en los esfuerzos conducentes a reducir la brecha entre los países más desarrollados y los en vías de desarrollo.
Las redes
académicas y de cooperación científica representan un instrumento valioso para
el enriquecimiento de la vida académica en nuestras universidades. Hoy día es
muy difícil que un especialista pueda aislarse de la comunidad de
investigadores que trabajan su misma disciplina. Por lo tanto, las
universidades deben estimular y facilitar que sus docentes e investigadores se
vinculen a las redes académicas.
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